Amanecieron portada
Foto de periódico (si la debo retirar la retiro)
Amanecieron portada
Amanecieron
portada en todos los periódicos.
Mujer
de fuerte aspecto con una nena en brazos
y un
chiquillo de ojos suplicantes en tierra.
Tez oscura de tizón.
La
niña abriga su pequeño cuerpo con una manta de carretera
como
las que ponemos a los heridos
después
de un accidente de tráfico
en
uno de esos bólidos que alcanzan los trescientos en cinco segundos.
Sí,
la nena se abriga con una manta de muerto,
bajo
la que asoma un anorak rosa lleno de vida.
Sus
ojos observan de reojo aquello que no entiende
y su
boca abierta no es capaz de ocultar el llanto
que
delata su entrecejo fruncido de vieja prematura.
Pese
a la oscuridad del paisaje
la
foto huele a esperanza y jazmines.
Amanecieron
portada en todos los periódicos.
Una
mujer con dos niños que pierde su mirada
en un infinito
llena
de resolución y certidumbres.
Tiene
un pequeño lunar bajo un ojo
pero
en su caso no es sexy-
Sus
ropas negras coronadas por una regia pañoleta
no
son sexys.
La
línea de sus labios, casi recta
tampoco
es sexy.
Pero
esa mirada
¡ah!
Esa
mirada es sexy, osada, desafiante
¡Una
bomba!
Dispuesta
a brincar vallas.
Asaltar
fortalezas.
Zapatear veredas.
Danzar
setos.
Torpedear
verjas.
Jalear
fugas.
Burlar
cuchillos.
Huir,
seguir huyendo
siempre
al frente
y
anhelar el día
de
amanecer mar y chapotear olas.
Atardecieron
tristes
como
todas las tardes.
Unas
siempre tan igual a otras
que
era imposible distinguirlas
salvo
por las noticias.
¡Siempre
malas!
Subirán
el alto de la alambrada.
Aumentarán
los efectivos.
Les
llevarán a otros campos
siempre
más lejos de Paris, Berlín o Londres.
Siempre
más periferia.
Más
extramuros.
Invariablemente
barro y rejas.
Anochecieron
silencio
solo
roto por los conspiradores
que
fantasean en voz baja
planes
absurdos.
Susurros
verdes.
Sueños
de plata.
Al otro lado las rotativas imprimen noticias de
verjas cada vez más altas
De
fronteras inexpugnables
De
cuotas de personas
De cantidad
de demandas
De
números
De
nada.
Olvidan
todos
que
siempre hay subsuelo
para
el topo hambriento
y
que no hay lindes
que
frenen al pájaro asustado.
Amanecieron
portada en todos los periódicos
para
ser ignorados al pasar página
en
un mundo en el que viajar, que no vivir,
es la
enésima versión del derecho de pernada.
®
Luisa L. Cortiñas
Puedes acceder al audio aquí:
3ª Poetry Slam Menorca