Carta
XI
Dearest
Betsy que estás en los cielos:
Después
de… tropecientos años he vuelto a España de vacaciones, nada que ver con las
del año 61 del siglo pasado.
En
esta ocasión no me he trasladado a Sevilla, en estas fechas por esas tierras
hace demasiado calor, con cual me he quedado en Madrid, la capital. La decisión
tampoco ha sido muy acertada, el calor también aprieta lo suyo pero me da
pereza ir al norte, donde dicen que podría estar más a gusto.
En
cualquier caso, como mi estancia va a ser breve, no voy a perder el tiempo
trasladándome de un sitio a otro.
No
sé si España a cambiado mucho o que Madrid es muy diferente a Sevilla y a años
luz de Alcalá de Guadaira.
Ya
nadie me dice nada por la calle, eso sólo les ocurre a las jovencitas.
He
visto a muchos tullidos pidiendo en la calle, pero solo he visto a dos gitanas
que leían las manos en la Puerta del Sol. No me atreví a preguntar nada, ya sé
que la muerte me aguarda en cualquier esquina.
Está
todo lleno de extranjeros. El otro día fui al Museo del Prado y creí estar ahí,
en nuestro país, todito lleno de americanos y japoneses. Me gustaría ver más
museos, pero estoy ya mayor y me canso.
Por
lo que leo en los periódicos, los españoles están todo el día protestando, un
día los profesores, otro los médicos, los parados, los ancianos, éstos están
muy activos, parece ser que los bancos se han quedado con sus ahorros. En
América no pasan estas cosas, y si pasan van a la cárcel, aquí al parecer, les
dan trabajo en un sitio que se llama Congreso, eléctricas o algo así. En
realidad aquí está enfadado todo el mundo, los que trabajan porque no viven y
los que no trabajan tampoco.
He
decidido ampliar el presupuesto con la herencia que me dejaste para gastar un
poco más y colaborar a que a esta gente le vaya mejor.
Han
cambiado de moneda, y ahora es más sencillo, funciona parecido al dólar y no me
hago tanto lío.
La
gran novedad que he encontrado es gramática, han sacado una cuarta conjugación,
rara muy rara. Verás, no se conjugan ni la primera persona del singular ni la
primera del plural, y en las cuatro restantes la forma verbal es la misma. Tu
eta, el/ella eta, vosotros eta, ellos/ellas eta. Creo que lo utilizan cuando no
están de acuerdo con algo. Esta mañana, no estaba yo de acuerdo con lo que me
decía el conserje del hotel sobre los bancos para descansar que habían puesto
en la calle, y yo le dije tu eta, y él alzó la mano y la retuvo en el aire “en
atención a mi edad”, pero que eso no lo volviera a decir.
Realmente
sigo sin entender a los españoles. Casi me pegan por expresar mi desacuerdo utilizando
ese verbo, pero en la tele, hay un chico de melena al que constantemente le
dicen y tu eta, y tu eta, y tu eta, y el muchacho todavía no les ha partido la
cara, creo que se dice así ¿te lo puedes creer Betsy?
Gracias
al señor embajador, que tiene casa relativamente cerca de mi hotel, esta tarde voy
a visitar la biblioteca nacional, allí seguramente encuentre la respuesta para
este nuevo verbo que no entiendo en absoluto.
Cuando
tenga más información, continuaré escribiendo.
®Mª
Luisa López Cortiñas
P.D. Más vale tarde que nunca.
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Mientras no me maten, seguiré matando el viernes.