—¿Soy mala? —preguntó ella mientras clavaba sus pupilas en
las de él.
—No, sólo eres un poco obsesiva.
—Entonces… ¿no soy mala?
—Obsesiva.
—¿No es lo mismo?
—No.
—¿Es que él me ha dicho que soy mala?
—Miente.
—¿Estás seguro?
—¿Quieres un consejo?
—¡Si es gratis!
—“Ándate con
cuidado,
que no se entere
nadie
de que lo pasas
bien,
que tu vida
funciona,
y eres feliz a
ratos.
Hay gente que es
capaz
de cualquier
cosa,
cuando ve una
sonrisa.”1
—¡Qué bonito! ¿Eres poeta?
—No, aficionado. Sé muchos más —informa él con coquetería.
—Nunca me he tirado a un poeta.
—¡Algo te gusto!
—No. Entonces no soy mala, sólo me siento mala.
— No te ralles tanto mujer.
—Tienes razón. Voy a
dormir a ver si se me pasa la maldad2.
1.
Karmelo Iribarren “Malos tiempos”.
2.
Marta GH 16 (Frases como ésta
hacen que merezca, cuando menos, la permanencia).
©
Luisa L. Cortiñas
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Mientras no me maten, seguiré matando el viernes.