DOMINGO
Alfonso pasó una buena noche en la habitación de invitados. Le
hizo gracia que una pared fuera rosa y el resto de un amarillo pálido. Se
despertó muy temprano, las rendijas de la persiana dejaban entrar una luz tenue,
que al rebotar en las paredes se convertía en un chorro deslumbrante. Decidió
invitar a sus acogedoras anfitrionas con un buen chocolate con churros de
Paquito. No era un desayuno tradicional en la zona, pero Paquito los domingos
nunca fallaba.
Salió de casa para hacer el pedido. Cuando volvió llegó con un par
de bolsas llenas de manjares, y se instaló en la cocina.
Allí no apareció nadie hasta las diez de la mañana, no se
imaginaba que la doctora y su guardiana gustaran de las sábanas. Tampoco era
nada extraño.
Habitualmente él ya estaría en algún banco cercano a la iglesia de
tertulia con colegas, pero ese domingo no le apetecían las conversaciones
habituales. Consideraba que ayer había vuelto a nacer, y un primer día merecía
mejor celebración.
Desayunaron en familia y él se fue, no sin antes invitar al cine a
Isolda. Esa misma tarde acudirían a ver una comedieta que estaba de moda. Unas
risas no vendrían mal.
Isolda y Laura, después de la amable invitación, comenzaron a
buscar ropa adecuada para semejante evento, teniendo en cuenta, además, que el
buen hombre se había rejuvenecido unos cuantos años. Isolda estaba nerviosa, no
recordaba la última vez que un hombre la había invitado al cine. Los chicos
bromeaban con el pleistoceno, y mientras una escandalizada Isolda intentaba
mantener el orden, una divertida Laura amenazaba con acompañarles de carabina,
no fuera a ser que no se comportasen.
A las doce en punto el tañer de las campanas de la iglesia hacían
una última llamada a los feligreses para su misa más popular, éstas fueron
acompañadas por una intensa melodía que comenzó a envolver la calle Maestro
Sorozabal: los sonidos salían del número diecisiete, la casa de Alfonso. La
calle comenzó a llenarse de gente, Laura y los suyos también salieron a
escuchar aquel prodigio. El espíritu juguetón y esperanzado que transmitía
Islamey: Fantasía Oriental de Balákirev, habría resucitado a un muerto, y eso
estaba haciendo. Ese día el cura tuvo que conformarse con la audiencia de otros
barrios, en el UA-45, llamado así por el planeamiento que permitió su
construcción, todos estaban frente la casa de Alfonso, no todos los días tenía
uno un privilegio semejante. Después llegaron Mozart y sobre todo Chopin, él
siempre había sido un virtuoso de Chopin.
Una vez se mantuvo el silencio más de un minuto, todos los
concentrados comenzaron a aplaudir y bravear, Alfonso se hizo el desentendido,
le dio vergüenza asomarse a la ventana a dar las gracias a ese público
sorprendente.
La más atónita de todos fue Sabina, que contaba, a todo aquel que
quisiera escucharla, que desde que le despidieron no había vuelto a entrar en el
cuarto de la música, y que algo le pasaba, que hasta esta semana le había
tenido que teñir el pelo dejando de lado otras tareas domésticas. Nada de esto
fue ignorado por los agudos oídos de Isolda.
La cita fue mejor de lo esperado, y se alargó hasta medianoche.
Isolda temía las bromas de sus chicos, y Alfonso estaba admirado de las vueltas
que daba la vida.
Luisa L. Cortiñas
Es muy ameno, alegre e instructivo., "cuando fuimos ricos". Me iba riendo y me quedaba sorprendido cuando me he topado con el personaje de Erica, y cuando monta en la moto para ir a ver al atleti.. Auténtico lo de los 12 euros que no para de ofrecerte el banco, tantas cartas nos han llegado a todos. Y lo del call center, qeu bueno, cuánta basura en contratos de mierda. Te felicito, has logrado poner sorna y diversión a los problemas cotidianos de una sociedad apretada".
Es bastante facil de leer esta historia peculiar ,y son bastante entrañables sus personajes ,tanto como su narrador .
CONTINUARÁ.
Siguiente (Este enlace no funcionará hasta la próxima semana).
Me han dicho que tengo que ser más agresiva con la venta del libro. Allá voy... si alguien se muere de la intriga puede comprar el libro "Semana de prodigios". Incluye trece relatos estupendos, aparte de éste. A mí los que más me gustan son "Sucedió en una sala de estación", "Se busca mujer", "Diez minutos de paseo" y "Volver". ¿Y a ti? ¿Qué cuesta escribir un comentario?
Y si prefieres leer una novelita corta, también está a la venta "Cuando fuimos ricos" para todos aquellos que nunca han vivido por encima de sus posibilidades...
Los lectores dicen...
¿Esto es lo suficientemente agresivo? EH EH EH
"PAYOOOO COMPRÁME ARGO, QUE TE LEO LAS CARTAS PARA EL VERANO..."
En el blog tendremos un "blanquito" lo del tinto está muy visto.
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Mientras no me maten, seguiré matando el viernes.