Los habituales del relato del viernes está en este enlace. Gracias. Disculpen las molestias.
PONGAMOS QUE HABLO DE VENEZUELA
Pues sí, les han pillado con las manos en la masa.
Toda España sabía que en la Galicia venezolana (que sí, que
tienen una Galicia) los PePe eran expertos en buscar monjas y ancianos las
mañanas de elecciones, tanto es así, que nadie creía que aquello fuera cierto,
y a final se convirtió en una leyenda urbana como esa de la chica de la curva,
salvo que la chica aparece cuando quiere y los otros cada cuatro años.
Y mire usted por donde, en la Melilla y en la Sevilla
venezolanas han descubierto algunas anomalías en los votos que se emiten por
correo, o en las miserables ofertas de supermercado en rebajas para aquellos a
los que han dejado sin nada. Nada muy diferente del conocido “en este pueblo
votan hasta los muertos” “como dios manda” “amén”, como si los muertos no
tuvieran nada mejor que hacer en la eternidad que les resta.
Pues sí, como les decía, en Venezuela ocurren en estas
cosas.
España, sin embargo, es diferente, no en vano el
expresidente americano de apellido Carter, poco sospechoso de comunista
peligroso, consideró que “El sistema electoral español es el mejor del mundo”. ¡En
algo que no sea corrupción también teníamos que ser campeones!
Mientras todo esto ocurre, Rajoy, nuestro Rajoy, canta lo
orgulloso que está de que España esté plagada de españoles, mientras éstos
basculan entre los que le aplauden y los que no dejan de preguntarse no cómo
este hombre aprobó la oposición a Registrador de la Propiedad (la sabiduría
popular sabe estas cosas), sino cómo pudo superar parvulitos dos con éxito.
Como estamos a un nada y menos de la llamada “jornada de
reflexión” les invito a leer un apropiado poema de Fermín Herrero (al que debo
un Reseñados que más pronto que tarde caerá):
-DE INTELECTUAL A FOROFO-
Inquebrantable la adhesión, jamás
sectaria, y firme la defensa, en columna
o tertulia, de aquel que nos cubre, león
de las fusiones. La verdad es un monstruo
que aniquila y fluctúa y al cabo la carne
es de cristal y los bolsillos pesan. Las medias
palabras se parecen a las íntegras y al cabo
puedo cambiar de chaletito y de criterios siempre
que un sindicato de la pasta, cualquiera, premie
los servicios prestados en linchamientos morales
según consigna del de arriba, porque al cabo qué importa
quemarse en lo veraz o al sol que más calienta. 1
(1) Fermín
Herrero. Poemario “El tiempo de los usureros” poesía Hiperión
© Luisa L.
Cortiñas
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Mientras no me maten, seguiré matando el viernes.