ESOS ROJOS COMUNISTAS
¡Pensar que cuando era adolescente creía que me lo dejaban todo
hecho! Y no, parece ser que sólo lo dejaban atado, bien atado.
Mientras la vieja Europa aniquila sin piedad su envidiado “estado
de bienestar”, al otro lado del charco parece que algunos comienzan a pensar
que aquella Europa no estaba tan mal diseñada.
Sí, al otro lado del charco hay un peligroso estado, que no
sólo se conoce por sus playas y su industria cinematográfica, sino que al paso,
se hará famoso por los rojos comunistas de sus dirigentes y habitantes.
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Ciudad de Richmon (la del estado de California)
En 2013, la alcaldesa “progre” de esta ciudad, vio cómo ésta se podía quedar
vacía como la semi desierta Detroit. Ante la avalancha de desahucios que se
avecinaba decidió ponerles freno. ¿Cómo? Negociar con los bancos y ofrecer un
precio por las viviendas tasados por una empresa independiente, si éste se
negaba, ella utilizaría su derecho a expropiación (en los países ultraliberales
también se expropia cuando hay que construir una carretera, poner una vía de
tren…) facilitando un justiprecio por la vivienda. Una vez la vivienda pasa a
ser propiedad del Ayuntamiento, se negocia con la familia alquiler, alquiler con recompra o la solución que a
ambos les parezca más propicia.
En España, hay alcaldesas que
venden vivienda social a fondos buitre para los que trabaja su hijo, hasta
donde sé, estas ventas se han denunciado. No sé lo que dice la ley, ni lo que
dirá un juez, pero mi sentido común me dice, que cuando menos, no es ético
vender vivienda social que hemos pagado con nuestros impuestos a empresas
privadas, por mucho que el hijo del alcalde trabaje en ellas. En todo caso, en España existe el derecho de
tanteo y el retracto. Entiendo que un Ayuntamiento puede comprar vivienda
conflictiva en nombre y para sus ciudadanos, y éstos ya pagarán como se pueda.
¿No es esa la función de la vivienda social?
En este amado país, ya dicen que
nada de esto es posible. Sin duda se puede, ¡vaya si se puede! Y si no, miren
ustedes a éstos peligrosos comunistas californianos (o a nuestra particular
Ada).
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En la ciudad de Los Ángeles (California), los
dirigentes municipales, que aparte de rojos y comunistas son unos hachas, han
hecho cuentas y han llegado a la más que excéntrica conclusión de que la
pobreza les sale cara, y no es justo que el estado cargue con la parte que las
empresas no pagan y se embolsan como beneficio, y con un gran sentido común
(bajo mi punto de vista) han ideado un plan revolucionario: el salario mínimo
pasará de los nueve a los quince dólares en el 2020. La subida se hará escalonadamente
y por tramos, ya que no es lo mismo una empresa con tres mil empleados que una
de diez. Hasta ahí se entiende.
En España, día sí, día también,
la mayor organización empresarial, que aspira como todo español muy español a
ser asalariado de sus empleados, suplica que les permitan fustigar más los
bolsillos de sus súbditos, una panda de brutos e ignorantes que van a la
universidad a beber vino y follar como locos, y lo único que medio saben hacer
es llevar copas de un cangrejo a otro chapurreando un inglés incomprensible, y encima
tienen la osadía de pretender que se les pague y vivir de ello.
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Tercero y último. El colmo del comunismo de
estos locos californianos, son los mandamases del propio estado. Para
promocionar las energías renovables, no se les ha ocurrido otra cosa que la
bolivariana idea (a Chávez sin duda le hubiese gustado mucho esto) de regalar placas
solares. Sí, has leído bien, esos locos californianos REGALAN PLACAS SOLARES.
Llegados a este punto te preguntaras a quien. En un país como España pelearían
por ellas hasta dejarse sin pelos, no digo de donde, los Mandarines de la
Naranja y los Fans de la Pera… pero ellos son diferentes. Han decidido que los
agraciados sean las familias con rentas mínimas y gentes de bajos recursos, para
que disfruten un poquito de los cambios climatológicos, y compren alguna chuche
a los nenes.
Por cierto, el dinero para tanto
dispendio ¿sabe de dónde lo obtienen? Exacto, de los impuestos que pagan las
empresas que contaminan, y que los “administradores” han de emplear en cuidar
el medio ambiente. Un buen uso diría yo.
En España es “igualico”. Tenemos
un ministro de la cosa que es canario, no por cantar bien sino que es de
Canarias aunque se apellida Soria, y que quiere poner un “impuesto por usar el
sol”, que hasta los americanos comunistas saben que es de todos. En España, que
ni es bolivariana ni Bolivia, parece que al final nos tragaremos la nueva ley “en
proyecto”, que será utilizada como lanzadera para cuando la política, de la que
tan bien viven muchos inútiles, les diga adiós. ¡Qué tiempos aquellos en que
los bolivianos (de Bolivia) corrieron del país a las empresas del agua que
pretendían prohibir llenar cubos de lluvia! (Que también es de todos, o al
menos, de aquellos a los que les cae encima “cuando les cae”).
Yo no es que sea muy pro yanqui,
más bien nada, pero he de reconocer que estos locos comunistas californianos me
han conquistado. Da igual de dónde procedan las ideas, lo importante es que
funcionen y solucionen problemas.
Hoy día, en España, aspirar a un
techo, una subida de sueldo o calentar la casa en invierno es cosa de
perroflautas, bolcheviques y peligrosos antisistema, por ello he decidido
escribir esta especie de loa para cosas que están bien hechas al otro lado del
charco (tan poco admirable en infinidad de cosas de las que hoy no procede
hablar).
PD: No añado ningún enlace a
ninguna de estas “noticias” porque en cualquier buscador se puede acceder fácilmente,
a través de diversos medios, a toda esta peligrosa información para mentes
calenturientas.
Luisa L. Cortiñas
Ironía: Figura retórica que consiste en dar a entender lo contrario de lo que se expresa.
Ironía: Figura retórica que consiste en dar a entender lo contrario de lo que se expresa.
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Mientras no me maten, seguiré matando el viernes.