viernes, 31 de octubre de 2014

PINZAS Y YO. Capítulo 4.




LA VUELTA DE VACACIONES

Los bípedos sin duda sois gente muy rara. Por una parte esa forma de andar tan poco práctica que os impide dar saltos kilométricos y os obliga a andar con escaleras de un lado para otro, y esa manía de desaparecer sin dar explicaciones. ¡Si yo me largo de casa en una de las escasas oportunidades que tengo seguro que la mema me la lía!
La mema desapareció un montón de tiempo, el barriguita se fue después de ella y vino antes, pero la mema llegó hasta desteñida, debe ser que donde estaba no tenía playita.
Mientras ellos faltaron vinieron  tres veces al día mi capturador inicial y señora. No os podéis hacer una idea de lo bien que me saben inmovilizar y jugar conmigo.  La verdad es que tarde un pelín en pillar sus horarios, pero una vez sabida la hora les esperaba como agua de mayo, estar sola todo el día en casa es un rollo. A mí por las tardes me gusta despertar de la siesta y que la mema me deje su tripa para amasar, lavarle la ropa y de cuando en cuando asearle el pelo. Seguro que cuando ha estado fuera lo llevaba  hecho una pena.
A pesar de haber estado mejor atendida que una reina, echaba de memos al par de fitipaldis que me han tocado en suerte.
Cuando llegó el barriguita me volví loca, cuando llegó la mema le destrocé el brazo a base de arañones y mordisquitos, la verdad es que presionaba de más por la emoción. ¡Creí que ésta no volvía!
Me trajo un regalo muy chulo, aunque he de confesar que yo no tenía ni idea para que servía, por más que lo olía aquello para comer no era, y yo no tengo muchas necesidades.
Cuando comenzó a anochecer  me llamó, y me dijo que íbamos a salir a la calle, pero que para eso me tenía que poner el arnés, eso es lo que me regaló, un arnés. Aquello lila no me gustaba mucho, pero yo me quede muy quieta para que me lo pusieran y darme un garbeo. Los primeros días fueron un tanto incómodos, pero le pillé el truco y en unos plis ya no me pillaba con la cadena.
La calle es un sitio muy interesante, hay bichos que vuelan y no se dejan pillar, y también hay muchos que van atados como yo, y a los que la mema llama perros, esos deben de ser mala gente porque siempre me los quita del ángulo de observación.
Me gusta también que haya tierra y árboles, los árboles son una gozada, puedo afilar las uñas, subirme a ellos, y lanzarme sobre la mema en plan kamikaze.
Aprovechando los paseos sé volver a casa sola, me conozco bien las calles cercanas.
Por cierto, me ha salido un pretendiente. Desde mi ventana le veo todas las noches caminando guapo y orgulloso con su atlético cuerpo, dice mema que es un gato callejero, vamos que no tiene en casa una bípeda que ladre cuando van mal dadas. Por lo que he podido hablar con él yo no vivo del todo mal.


Pd: A ver si para el próximo capítulo rescato las fotos de Pinzas con su arnés lila con gatitos rosas, estaba muy elegante.


PRÓXIMAMENTE: "Cuando fuimos ricos... "
¿Alguna vez fuimos ricos?

viernes, 24 de octubre de 2014

CAFÉ


CAFÉ (Recetas simples para románticos empedernidos)

La despertó un ruido extraño, después de doscientas noches sin compartir lecho la habían desvelado los ruiditos de su acompañante. Si queridos amigos, Noelia había conseguido la noche anterior llevarse a casa un acompañante.
Cogió el móvil que había dejado como todas las noches en la mesilla, las  ocho y cuarto. No disfrutaba de los placeres de la cocina pero tenía tiempo suficiente para preparar un café al desconocido, se lo merecía después de las acrobacias de anoche. Se levantó, se dio una ducha y se dispuso a preparar un aromático café. Debajo del agua le dio por pensar que no tenía ningún sentido preparar un café a alguien con el que sólo había compartido un par de horas de conversación y un par de polvos. Ella misma lo odiaba, desayunaba una cola con donuts ¿y si a él tampoco le gustaba? Casi al mismo tiempo que la idea había rondado su cabeza ésta desapareció. A todo el mundo le gustaba un buen café casi tanto como el buen sexo.

No tenía ropa a mano, decidió quedarse con el albornoz que colgaba triste en el perchero, que no dijera nadie que andaba provocando, no era cuestión de darle de comer al vecindario de amargadas que le había tocado en suerte. Cuando atravesó el salón vio la ropa de la noche anterior esparcida en el mismo orden con el que se sucedieron las cosas, sonrió y entro en la diminuta cocina, casi todo ventanal, dispuesta a preparar el mejor café del mundo. En la despensa, al fondo, siempre guardaba un paquete para por si acaso. Allí estaba, detrás de las galletas y el azúcar, sonrió triunfante. Automáticamente comprobó la fecha de caducidad. ¡Manías de vivir sola! Su rostro quedó mudo, agosto del 98 ¿tantos años lleva sin preparar un desayuno? De repente recuerda que en los últimos años les despacha como si fuera un médico de la seguridad social. Tendrá que bajar a comprar un paquete al chino, los de la esquina tienen de todo, incluso te alquilan niño para casos excepcionales de pretendientes pesados. Se puso el vestido largo de la noche anterior. Bajó las escaleras, no fuera a ser que vestida de esa guisa se topase en el ascensor con algún vecino indiscreto, sorteó las miradas de los curiosos y regresó a casa. La cafetera italiana, recuerdo de su último amante estable, la había guardado en un hueco encima de los muebles de la cocina, se subió a un taburete, casi de forma inmediata algo viscoso quedó prendido de su mano derecha y la rescató envuelta en grasa y polvo. Debería de limpiar más a menudo. Nada más abrirla un extraño olor salió como sintiendo alivio, cogió una bolsa, tiró el artilugio, la cerró con un par de enérgicos nudos y la arrojó a la basura. Nada salía como había planeado. Cogió un vaso, abrió la nevera y cuando se disponía a servirse una cola unos fuertes brazos la asieron por la cintura:
—Me he despertado y no estabas.
—Ya ves, llevo un rato levantada e iba a preparar café.
—Te lo agradezco, pero odio el café, desayuno siempre un refresco de cola.

Noelia le vio todavía más guapo que el día anterior, de metro noventa había pasado a metro noventa y ocho, de moreno a morenísimo, de ojos castaños a color avellana promesa, de labios sensuales a dionisiacos, de un posible affaire a un hombre perfecto que nunca le recriminaría no tener nunca a punto los ingredientes y enseres para preparar un buen café mañanero.
Ingredientes:
Cafetera limpia o al menos en buen uso.
Un paquete de café en fecha.
Leer atentamente las instrucciones de uso.
Consejo:
Difícilmente tiene uno la suerte de Noelia, se me olvido comentarles que es una mujer con una flor por trasero.
®Mª Luisa López Cortiñas

viernes, 17 de octubre de 2014

OLOR A SEGUNDA TEMPORADA




OLOR A SEGUNDA TEMPORADA



-          Pinzas ¿a qué huele?
-          Miau (que quiere decir que huele a 2ª temporada, cada día nos entendemos más).
Pinzas y yo estamos preparando la vuelta.
Iniciamos en breve, con algunos cambios.
La publicación seguirá siendo los viernes, pero vamos a variar un poco los contenidos (en realidad me da pereza abrir otro blog para otras cosas). Se estrenará la sección de “falsicuentos” porque en éste nuestro país  todos los días suceden cosas increíbles.
Se mantienen los relatos de Pinzas (mientras la tía siga dando cuerda tiraré de su ayuda) y la serie de Vuelve a por otra, ésta última pertenece al blog tanto o más que las zapatillas.
La sección de reseñas comenzará a rodar, serán unas reseñas, valga la redundancia, un “tanto especiales” “al gusto de la casa”. Al mismo gusto también estrenaremos  una sección de cocina con recetas simples para románticos empedernidos.
Es más que posible que haya alguna sorpresita más, ¿a quién no le gustan las sorpresas?

Firmado:
La menda lerenda.
Copio y Pego el Me gusta/no me gusta, cada vez estoy más harta de este país sin estilo y con caspa, mucha caspa.



Me gusta no me gusta

Acabaré mis días en una isla sólo habitada por pulpos y árboles de chicle, pulpos para desayunar, pulpos para comer, pulpos para cenar, terminaré adoptando un pulpo como amigo, le daré un nombre, un lenguaje, un pensamiento, le vestiré de oropel, le convertiré en un “dulce gatito” y cualquier madrugada me ahogará. No me gusta hablar de lo que no me gusta, más pronto que tarde se me planta enfrente, me subyuga, me absorbe y me anula.
Pulgar arriba, pulgar abajo cual espectador  de un  circo romano en faceboock, juez y parte, prohibidos los toros y el  “marica el que lo lea”(1).
Me gusta:
“El libro de estilo del país” (2), de cuando el país tenía estilo y no aspiraba a ser una casa de camareros y putas.
“Las chicas Gilmore”, casi tanto o más que las manos de Guayasmin o las de la Cuarta Pared, igual de admirables.
La estúpida utilidad de los catálogos y la manifiesta inutilidad de las instrucciones.
La sonrisa de aquellos adultos que son capaces de mirar con los ojos de un niño.
Las palabra quilombo, que llena la boca como si te estuvieras comiendo el mundo.
“De lo espiritual en el arte”(3) y el arte de vivir de lo espiritual.
Las cajas de colores, de latón, de cartón o de madera.
La belleza que se esconde en algunas desgracias.
El secreto inescrutable de los números primos.
Las patatas fritas con huevos, sal y pimienta.
Algunos poemas y un puñado de escritores.
El lucro real de intenciones emergentes.
El cine bueno, el malo y el regular.
Las casualidades y la causalidad.
El olor de los libros nuevos.
El tedio de los domingos.
Las calles bulliciosas.
La teoría de cuerdas.
Jugar al chinchón.
Pasear en bici.
Las bibliotecas.
La publicidad.
Los puentes.
Los barcos.
El regaliz.
Chopin.
Tú.
“Mil maneras de morir”(4).
… Lo  que me hubiera gustado de verdad, es que hace ya muchos años alguien me hubiera dicho eso de:
-          Nena… ¿de qué te sirve saber dónde está Argentina si no te sabes pintar la raya del ojo?(5)


(1)     “marica el que lo lea” verso perteneciente al poema “Contra-orden” de Ángel González. “Muestra, corregida y aumentada, de algunos procedimientos narrativos y de las actitudes sentimentales que habitualmente comportan” 1976.
(2)     Libro de Estilo El País.  Aguilar 2003.
(3)     “De lo espiritual en el arte”. Vasili Kandinsky  1911.
(4)     “Mil maneras de morir”. Serie de televisión de docuficción  de Spike TV.
(5)     Dedicado a Leti QQCCMH.