lunes, 2 de febrero de 2015

LA "CUOTA VAGINAL"






La “cuota vaginal”

Todos sabíamos que a Syriza le iba a caer la del pulpo.
Todos sabíamos que a Syriza no la dejarían respirar.
Pero lo que no hubiéramos podido adivinar nunca es que le caería encima “la cuota vaginal”.
La peor de todas las cuotas.

Que sí, que todos somos unos modernos y unos igualitarios en el plano genérico de caerse de espaldas.
Yo he trabajado años y años en plantillas formadas en un noventa por ciento de mujeres. Lo han adivinado, los jerifaltes eran hombres. Nunca les esperó un cuadro activista para reclamar que la directiva fuera representativa del género que masivamente copaba la plantilla. Y como yo ¿cuántas? Un porrón. Pero es muy fácil ver la paja en ojo ajeno.

Se reclama al gobierno griego la presencia de féminas entre sus primeros espadas ¡cómo si las mujeres que se han puesto al frente de ministerios y presidencias de gobierno en Europa fueran lo más de lo más!

¿Qué aportaron diferente estas mujeres?
¿Evitaron guerras o batallas por saber en carne propia que podían dar vida?
¿Son más o menos corruptibles que los hombres?
¿Son más inteligentes?
¿Son más intuitivas?
¿Aportan otros puntos de vista?
¿Qué diferencia hay entre nuestra querida, admirada y sabelotodo Sori de cualquiera de nuestros ministrillos? ¿Sensibilidad? 
¿Qué sensibilidad aporta Ana Botella?
¿Qué sensibilidad Merkel?
¿Qué sensibilidad Monica Oriol?
¡Que sensibilidad de relumbrón la del banco rojo!
Llegados a un determinado nivel, todos, me temo, son iguales
Nadie pone en duda que no están ahí por su belleza, para eso están las mises de las que nunca nadie se cansa de propagar que son “guapas pero tontas”. Ninguna de estas mujeres ha aportado, aporta o aportará nada alejado de lo que puedan ofrecer unos pantalones y una cabeza de muebles “destartalados” masculina. Es más, Merkel desprende, vía plasma, más testosterona que todo el séquito de machos que la acompañan cual vasallos.
Me río, básicamente por no llorar, cuando claman que ellas tienen otra forma de ver las cosas. Creo que es falso. Uno lleva la vida del rol que desempeña. Una jefa es igual que un jefe en todo, ambos acabarán pensando de la misma forma, por tanto, es comprensible que la señora Oriol no contrate embarazadas, lo que ya no es normal es que sea tan tonta como para confesarlo con luz y taquígrafos, lo cual muestra una falta total de sensibilidad, una gran desvergüenza y una falta de sentido común a la que nos estamos acostumbrando. Su gran suerte (como en este caso la mía) es que al ser mujer rápidamente se ha corrido un tupido velo.

La gran mayoría de mujeres que he conocido eran señoras que se pasaban el día corriendo de un lado al otro para llegar a todas partes. Mujeres que cuidaban y educaban a sus hijos con más o menos acierto. Mujeres que se ocupaban de ancianos propios y ajenos. Mujeres que se ocupaban de sus familias. Mujeres que se ocupaban de su trabajo. Mujeres que trabajaban, se formaban y sacaban solas una familia adelante. Mujeres que se especializaban en contabilidad de la de verdad, de la que permite llegar a fin de mes sin deudas con sueldos de risa y gastos de escándalo. Mujeres, a las que la banda que pisa sillones y alfombras de lujo no representan.
Lamento decirlo, pero las personas no moldean los cargos, los cargos moldean a las personas, y éstas acaban pensando cómo el cargo exige o se van. No hay más. Todos conocemos al menos a una persona decente (cualquiera de los sexos) que por cuestiones éticas dimitió.

Tsipras ha decidido no tener a ninguna ministra en sus filas ¿y qué? Si ha considerado que las féminas disponibles eran más útiles en un segundo plano, visto lo visto en España ¿para qué arriesgar? Después te sale que la elegida es una decorativa tipo Teresa Fernández de la Vega, una singular Leire Pajín o una más que inútil y pánfila Fátima Báñez y ¿qué haces? ¿La mantienes en el cargo? ¿La destituyes de forma fulminante?
En resumen, yo en vista de ejemplares del mal llamado sexo débil como las mencionadas, o como otras que hemos soportado y soportamos en esta piel de toro, mejor no incluir ninguna fémina ¡no vayamos por ahí haciendo el ridículo! Francamente, creo que Tsipras tiene muy claras las prioridades, ha negociado atendiendo las necesidades básicas, y ha nombrado a quien le ha parecido más adecuado para cada cargo. Si no me equivoco tiene en el grueso de sus filas cuarenta y cuatro mujeres, y unas cuantas en segunda fila, si salen como en España, tan iguales a los hombres en todo, mejor que ocupen lugares discretos.

Por cierto, todas estas mujeres demuestran que en cuestión de género, la estupidez, la estulticia y el hijoputismo,cuando menos, están repartidos muy equitativamente, porque no nos engañemos, no es que sean peor que ellos, son igualicas, lo que sucede es que como están para cubrir “cuota” nos fijamos más.

PD: NO hay que olvidar nunca que un presidente desteñido no hace a un país menos racista; ni que una sola flor hace primavera.
® Mª Luisa L. Cortiñas





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